El cielo, las nubes, licor-café, la mesa, las sillas de madera, el Sol, y huele a sauna, no por el sudor sinó por ese olor a madera y agua caliente. Se quedan las vacas pastando al paso del tren, inmutables. Fijan la mirada en el borrón del reflejo del cristal que contamina el silencio, tuyo y mio. El brillo de los ojos de la tarde y ver cómo nuestros dias arden, y todo lo que se deriva de decir: “eres tú”.
En letra pequeña escribo tu nombre mejor

Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada